viernes, 27 de noviembre de 2009

El día de mi detención, II parte.



Salida a un centenar de metros del lugar de mi detención. Nótese la prensa y los cámaras de televisión. Estuve saliendo en todos los periódicos y canales de televisión, contra mi voluntad. Pero, bueno, me importa un comino. Lo que realmente me molesta del caso, es que los medios desvirtuaron los hechos a su antojo, dicendo mentiras y más mentiras. Ahora lo tengo claro: si alguna vez se me acerca un periodista, le daré con la cámara en las narices. Ahora comprendo a Carlos de Inglaterra y a Ernesto de Hannover. Qué bien lo hacéis, sois unos señores.

12 comentarios:

  1. Así son muchos reporteros de los medios de comunicación, como un circo les importa más la audiencia que la verdad. El espectáculo, la fama.

    No has visto cuando entrevistan a Luis Miguel, él nunca les contesta a la pregunta, habla y habla y si no quiere no responde a la pregunta, los reporteros no son tontos, saben cuando y con quién ponerse, este cantante ya aprendió de duraz experiencias que a vivido por ser tan famoso, a tí te pillaron de sorpresa y por lo que comentas se sirvieron con cuchara grande.

    En lo personal intento alejarme de este espíritu de la violencia, mira que para empezar San Francisco de Asís es muy buen ejemplo de un estado de paz, suceda lo que suceda, no se inmutaba; de verdad deberé leerle y meditar mucho para no pertenecer al colectivo golpeador.

    Saludos Paquillo y también saludos a todo aquél que lea este espacio.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, yo tambien soy Francisco, pero no de Asís. ¿Es que leerme, no te da paz?. Anda, anda, pasa de los escritos de S. Francisco, que deben de ser soporíferos.

    ResponderEliminar
  3. Doy por hecho que tienes un paragua igualito de grande que el que tenía el pollita de Carolina, no? Esa tropa de chupa tintas es de lo peor que ha parido nuestra vieja y cansada nación. ¿Quillo esa foto donde está hecha?
    Un saludo, paisano. Y no te metas más en lio, no merece la pena, picha.

    ResponderEliminar
  4. La foto donde salgo tan favorecido, es de Málaga. Como bien verás, el periodista es un ser muy cariñoso. Algo así como una ladilla. Un saludo, amigote.

    ResponderEliminar
  5. Bravo Paco, al final te hacen caso con tus sueños húmedos de glorias d'enfant terrible, aquí y en Fortea's House. Les echas emociones a las fieras y corren como locas a tu vera, para reconvenirte, aconsejarte e incluso algunas veces para intentar convertirte y llevarte de nuevo al buen camino.
    Y es que se lo creen todo, o eso dicen. Tanto da historias de penales que tu sabrás de dónde las sacas, como de detenciones aparatosas a lo Bonnie and Clyde, contadas en primera persona. Y es que les va lo alambicado, lo esotérico, lo conspiranóico, lo milagrero, las apariciones, las luces desconocidas, las voces, la violencia del niño malo pero bueno en el fondo, o del niño bueno pero malo, nunca se sabe bien.
    Carne de cañón para creer aquello que quieren creer, a medio camino entre la ingenuidad y una psicopatia que les impide interpretar correctamente las bromas de Fortea o las novelescas elucubraciones de Paco.
    Y el fenómeno es transversal, tanto en la formación como en la condición social, el status o la procedencia geográfica del "creedor". Orejeras bien puestas, este es el nexo. De la medio monjita de Gerona a la medio abogada madrileña, de la profesora de angelitos ingleses al iluminado supuesto estudiante mejicano de Medicina, o su cándida compatriota, que por cierto han interiorizado que Ciudad Juarez está en la selva amazónica o en Australia, y deconocen "la bola" que se les viene encima como últimamente en todos los años 10.
    Y tú tan contento.
    ¡Qué bien te la pasas, malandrin!

    ResponderEliminar
  6. Tampoco importa que publiques o no el comentario. En definitiva era para ti.

    ResponderEliminar
  7. Pues no te creas que exegero al contar mis historias, anónimo. Recuerdo con cierta fruición el tiempo de estancia en la trena, y el momento de mi detención. Para mí, fue algo surrealista. El hecho de que se pasasen con 23 coches a recogerme a la puerta de un edificio, no me lo creí ni yo mismo cuando me lo dijeron. Pero en fin, para eso está es sumario del proceso, en el que sale reflejado todo esto.

    En cuanto a lo de las historias de la cárcel, aunque parezcan inverosímiles algunas, son bastante reales. Incluso cuando digo que hay dos servicios para 22 personas, sin puertas y con cortinas hechas con sábanas colgando del palo de una fregona transversal, y mojadas de pis en los bajos. Siento decirte que todo esto es cierto. No sabes cómo están las cárceles españolas. Si dan varios millones para su mantenimiento, tan sólo llegan varios miles. El resto se queda en el camino. Los funcionarios de prisiones -no todos- son los más corruptos que he visto en mi vida.

    ResponderEliminar
  8. No, Paco, si yo no dudo de que todo esto que cuentas sea cierto. De lo que dudo es que hayas vivido en primera persona estas historias. Las haces tuyas, las das por vividas y te lo pasas bomba. Un clásico en la Red. Me lo miro y me hace gracia, no hay más.
    A pasarlo bien, cachondo.

    Lluis (pongamos que...)

    ResponderEliminar
  9. Joer Paco, ¿quién coño es el anónimo o anónima?, escribe del carajo, tiene garra, gasta pasión, destila nervio y supura ajustes de cuentas. Un fenomeno en toda regla. Lo que te dije el otro día, tu blog, es la leche, picha.

    ResponderEliminar
  10. En primerísima persona, anónimo, en primerísima persona. Y más historietas que ahora no vienen a cuento. Un saludo.

    ResponderEliminar
  11. Jeje,claro que eres un Francisco, y así es, estoy aquí por mi gusto, nadie me obliga, y claro a veces pienso este hombre vivio el presidio, me meteré en algún lío?, que ya antes me he ganado problemas gratuitos por confiar en los demás.

    Pero amigo Paco, si no vivimos, entoces para qué estamos en este mundo, verdad?

    Te aseguro si expreso con entera libertad y solo por el hecho de comunicar mi experiencia en mi blog o en otro que no toque estos temas, estas respectivas, azarosas, historias de ultratumba, esas de tiroteos y otros detalles escabrosos que he vivido sin solicitarlos, no me contestan o de plano me leen como si estuviera apestada o leprosa.

    Todos deseamos una vida feliz, sin contratiempos, sin malos ratos, y los vivimos, para mí, que quede la enseñanza y el crecimiento, si alguna herida en la emoción causó, ni modo, a curarle y a seguir, que si no vivimos la fe en Dios y en lo humano, pues estamos como muertos en vida, o no?

    Y sí, cuando pasa el asunto infartante, en ese instante, llega el envalentonamiento en la sangre y en la mente, a veces la invocación a Dios y a la corte celestial, jeje, se intenta tener claridad y respuesta rápida, y no hay miedo ni nada de desmayitos o me da, me da, al ataque a lo que venga, ya después es cuando llega el rebote, en la comodidad del hogar, cuando pasó el susto.

    Estamos vivos, pues a vivir.

    ResponderEliminar